jueves, 26 de febrero de 2009

DE PLUMAS A ESCAMAS...

Dedicado a Milo Gasa, a quien sigo con una conspicua dedicacion, y quien por un comentario me motivo a confesar que en algun momento todos somos viboras letales, y sin verguenza esto hace parte de nuestro mejor encanto! ; )

En el balcón del piso 12, con vista a los frondosos farallones que circuncidan la ciudad de Cali, estaban sentados: Felipe, su noviecito (en adelante Fiona), la Geisha, Parra, Gus, José y Santiago (estos dos últimos los anfitriones). La bienvenida fue cordial, hasta 2 besos en la mejilla recibí lo cual me pareció apresurado para el extraño que era yo ante este consolidado e inasequible grupo de tertulias de mi amigo Felipe. Sentado justo en medio, en frente de mi amigo para tener contacto visual y apoyo a solo dos metros de distancia, a mi lado estaba Gus.
Gus, de 35 años, medico, es de esas locas insoportables, beata irrefutable, de esas maricas que la rumba les parece superficial, que ninguna película es buena, que todas las reinas de Colombia no merecen su trono, que Shakira le parece impostada, que odia los saunas, que odia el semen y su pegajosa textura, que probablemente meta en un autoclave una verga antes de chuparla, que se hace lavados a diario para sentirse pulcra, es blanco, traslucido porque por supuesto el sol es el enemigo numero uno de su porcelanada piel de diva de los 50´s, es simpático a primera vista, pero totalmente desagradable justo 30 segundos después de hablar y lo peor, piensa que es la mejor medico y a su vez mejor amiga. A mi otro lado estaba Parra, de 28 años, regordete medico, serio, voz gruesa y una nariz tan criolla, como el tamal. Aunque sus detractores dicen que el mismo es un tamal, pues a pesar de sus rolliza anatomía se enfunda en camisas por lo menos una talla y media menos a la que honestamente le debería corresponder. De carácter rígido, deshonesto en su hablar. Sin embargo su sonora risa es más contagiante que la varicela. Alardea mucho sobre sus “supuestos” éxitos amatorios con pares afectivos de un estilo sofisticado y sobre un recalcitrante rol sexual que trata de aclarar en fallidos intentos con pobre retorica, podría sospechar que hay algo en él, del comediante venezolano que en sus tiempos libres hace las veces de mandatario. Al diagonal izquierdo, Santiago, de 36 años, la Reina del Hogar, medico de profesión pero diva por convicción, clase, distinción, un fenotipo europeo, delgado, alto, de tez blanca, un arrollador cruce de piernas como dos raíces de un manglar, movimientos finos de sus manos, parpadeo mesurado y autor de la decoración de su hogar, honestamente amable, conocedor de su posición en el grupo, y afecto a Fiona, podría decir que ve en Fiona a una hija, una protegida, una sucesión. Santiago es un excelente anfitrión, pero sobre todo un eterno enamorado de su esposo, José.



José, 32 años, medico, atractivo, audaz, con un tono y una textura particular de su voz, algo descuidado, con un temperamento apagado típico de los payaneses, blanco, cabello despeinado. Con la seguridad que dan los años, pero algo inmaduro en sus apreciaciones, bebedor incansable, poco anfitrión (para eso esta Santiago), homosexual de closet en todos los ámbitos, menos esa tarde. Con una inhabilidad auto reconocida para combinar colores y vestirse apropiado, como asesorado la mujer de turbante que tanto odiamos en nuestro país. La Geisha, 43 años, de espíritu arrebatador, rebelde, siempre empleando el genero contrario al masculino para hablar en primera persona, alto, delgado, de una respingadísima nariz lograda a pescozones quirúrgicos (al parecer varios), ojos tan rasgados como dos puñaladas en un cuero de piel de vaca procesado en las expertas talabarterías del Sur del País, conocedor de muchas culturas por su trabajo, de una agilidad mental impresionante y por su puesto, el mas experimentado en los placeres amatorios. De hecho, en medio de la reunión se levantaba y seguía el chat pendiente con un “pollo-rata” que tenia planillado por si las moscas para la noche. La geisha es altiva, arrogante y con una ceja tan levantada que hacia pensar que María Félix era facialmente inexpresiva. Mi amigo Felipe, 30 años, musculado, inteligente, atractivo, con un culo impresionante, serio, un buen partido, desinhibido, arrogante, pecas infinitas en su dorso trigueño, de gustos musicales y exquisito tino literario, filosofo empedernido, amante de la buena cocina. Aunque no somos el uno para el otro, siempre ha habido una tensión afectiva, siempre hemos demostrado una admiración mutua. Fiona, 25 años, nacido en Phoenix –USA-, cachetón como un hijo entre la mujer enturbantada y el comediante mandatario, velludo, serio, pequeño, sin cintura, con apariencia de regordete pero sin serlo, cabezón y de cabello hirsuto y sin brillo. Obviamente es el némesis del suscrito, pero esa animadversión ha sido generada por él mismo, pues en las pocas ocasiones en que supo de mi, fue por boca de su novio, mi amigo, y él ( es probable que apropósito) le habló de nuestra admiración y deseo frustrado mutuo. Tiene un embrujo especial, es atractivo, es decente (o parece serlo), caprichoso, consentido, y un emprendedor empresario con un envidiable pasaporte azul, que le otorga su nacionalidad.
En la reunión se habló de lo que se tenia que hablar, de política, de la economía mundial, del ultimo miss universo, de la atención mediática de Barak, del conflicto FARC, del trabajo de cada uno, de la locura de Britney, de libros y de amores, por supuesto. Cuando llegó el almuerzo un plato de espagueti a la boloñesa (a lo cual, el suscrito trago entero, pues si decía que odiaba el espagueti, hubiese echado a perder el ritual de iniciación y aceptación… Ah! Por cierto mis queridos lectores, ODIO EL ESPAGUETI, si, existe alguien en el mundo que no le gusta la pasta: YO!), y del cual mentí severamente al decir que estaba delicioso, cuando ni siquiera era capaz de masticarlo por el increíble e inexplicado asco visceral que le tengo a los serpenteantes hilos de pasta; cada uno disfruto de su plato gracias a la mano prodigiosa de Felipe. Luego el coctel con vodka rendido con Smirnof , jugo de mandarina, tres gotas de limón, un poco de azúcar y hielo granizado con un toque de ginebra seco, especialidad inventada por el suscrito como muestra de gratitud; obviamente el único en no recibir fue Fiona, argumentando: “yo, de esos merengues no tomo gracias, prefiero no mezclar, ok.” Y guiño el ojo, como un gesto de complicidad con alguien que lo veía desde otra latitud y al cual no alcanzaba a distinguir desde la cocina. Quedo claro: La guerra estaba declarada. Alabaron la inventiva alicorada, y Fiona solo dijo: “lastima que yo no acostumbre a mezclar, la verdad me gustan las cosas puras, con su esencia original, como mi camisa”… hubo un silencio sepulcral. Pues yo no había notado que Fiona y yo, llevamos la misma camisa American US Regatta, diferenciadas solo por el color de las líneas, la mía azul y la de él, lila; y hago la salvedad en la aclaración, porque al parecer Fiona les hizo saber a todos menos a mi, sobre nuestra fatal coincidencia. Entonces la Geisha dijo: “Pero si tienen la misma camisa, que Divino”. En un tono tan sarcástico como su elevada ceja izquierda. “Yo la compre en NY” dijo Fiona enfático, y yo respondí casi de inmediato: “yo la compre en el Outlet del único, a solo 220 mil y vienen tres, esta con rayas azul, una verde y una lilita igualita (marcando en silabas li-li-ta y señalándole) a esa tuya” y le devolví el guiño a Fiona, el mismo guiño que me hizo sentir como un culo, ahora era su verdugo. Entonces la Geisha dijo: “princesa, te debe salir mas barato ir al Único que comprar la misma camisa en NY, y de mejor calidad” dijo tocando el cuello de mi vilipendiada camisa, y agregó: “ Además no nos vas a decir que la compraste de ultima colección, porque mínimo se demora seis meses para ser Outlet, como la que tiene nuestro nuevo amigo” Y todos sabían que eso había sido Capoeira, para ver quien hacia la mejor maroma y quien quedaba mejor parado, nos habíamos medido el aceite como dicen por ahí.
Un ruido incesante molestaba la agitada intervención, pero le resté atención. Se cambio el tema, y ahora Gus, si el despreciable Gus, tenia un monologo sobre las cualidades benéficas de la sábila y sus cristales mágicos, que para el cabello, que para las arrugas, que para las estrías, que para refrescar los hombros después de un día en la playa bajo la sombrilla, que para blanquear los dientes, que para la suerte y abrir caminos, que para remover manchas de tinta, que para la tos, que para el estrés, que para bajar los niveles de triglicéridos, que para descansar los ojos… hasta que la Geisha interrumpió y dijo: “Ay mija, el día que a la Sábila le dejen de salir chuzos me la meto por el culo para ver si es tan buena como dices”, soltamos la mejor carcajada que teníamos, era innegable, él era el alma de la tarde. Llego la noche, numerosos tragos, y sin embargo seguía ese ruido en bajos decibeles persiguiéndome como un fantasma. Parra habló sobre un paciente con fuertes lumbagos, y cada que se desvestía en su despacho medico, él sentía como su ética profesional se diluía en esos 90 cm de espalda musculosa y pecosa, cada que lo veía sentía que debía anestesiarlo y acariciarlo, sentía unos furtivos arrebatos de pasión. Y entonces se propuso de manera tacita el tema de las debilidades éticas en el trabajo, así poco a poco las historias clínicas, post-operatorias y de incapacidad entre seductores pacientes y este grupo de médicos sensuales, se fue dando. Cuando por aleatoria me correspondió el turno, procedí a confesar que debido a mi perfil profesional, eran reducidos los posibles eventos que dieran pie a eso: Caballos, vacas, toros, ovejas y cabras no eran los personajes para esas cavilaciones, y los ganadero y caballistas siempre eran de un obeso intenso, si, intenso como su coloración roja, por los elevados niveles de su tensión arterial. A menos que fuera hasta la montaña de Brokeback para encontrar un vaquero sexy de ovejas. Mientras algunos reían, otros encontraban intrigante mi profesión, yo seguía perseguido por el sonido que me agobiaba y el cual ahora era mas intenso. Les pareció intrigante escuchar sobre palpaciones para inseminar vacas o palpar potros en gestación, a lo que la Geisha dijo: “ ayyyyyyyyyyyyy (gritando como la sirena de una ambulancia) este es mi hombre, le gusta el Fisting” y con esto una nueva carcajada colectiva. Sin embargo ahí seguía, el sonido intrigante. Pensé en esquizofrenia y en esos ruidos que aparecen en el mundo paralelo de delirios y alucinaciones, pensé en una probable predisposición genética a los trastornos, pensé que me habían drogado con los espaguetis de la muerte, pensé que simplemente Fiona me enviaba maleficios desde su ubicación, ahora justo en frente mío . Cuando Fiona saco su artillería completa, el ruido se hizo mas fuerte, era un siseo, un constante y vibratorio sonido, Fiona arremetió diciendo: “ Pero que lindo, a mi los animales siempre me han encantado, pero como un hobbie como un relajo, pero debe ser difícil ser gay y ganarse la vida en medio de tanta… ósea, estar siempre sucio, sudando…ósea de tanta mierda!”… el silencio fue agudo, como cuando se esta en medio de un movimiento telúrico, y se agudiza el silencio en busca de una razón para correr y buscar refugio. Hice tronar las articulaciones de las primeras tres vertebras de mi columna con un movimiento brusco de mi cabeza, tratando en vano de acomodar mis ideas y reponerme. Le miré de frente a los ojos, buscando una debilidad en esa mirada de ojos grandes y color miel, y el sonido que me perseguía se hizo agudo. La tensión fue menguada por Santiago, quien solicito una tregua a través de un sutil chiste de salón, pero los ánimos estaban caldeados, el publico estaba ansioso y las apuestas ya estaban cerradas.
Entonces se levantaron las alertas cuando Gus, dijo: “Lo mejor para bajar los ánimos es … (yo pensé que diría que la Sábila)… es confrontar las diferencias, al parecer a ti (ósea, yo) te cae mal “Fiona”, o que es lo que pasa?”, a lo cual respondí: “Para nada, yo la estoy pasando divinamente, y tu?” dije preguntándole a Fiona, y respondió: “Regio” pero el blanqueamiento de sus ojos no era consecuente, mientras, el ruido seguía, pero esta vez, se hizo evidente y descubrí de donde provenía: era la vibración furica de un apéndice que se elevaba desde la espalda de Fiona, sobresaliendo, mostrándose intimidante y amenazador, ahí estaba su cascabel corneo en el extremo de su cola y agitado con vigor avisando el peligro que se avecinaba. Su enorme cascabel logrado a cambios continuos de piel durante sus 25 años de edad, lo hacían ver aterrador.

Entonces sus abultados cachetes se redujeron y se segmentaron en triangulares formas, en celdas en formas lanceoladas, en infinitos triángulos cubiertos por una vellosidad magenta, de múltiples tonalidades marrón, sus pupilas se convirtieron en una delgada línea pincelada de color negro, y sacudía frenéticamente su ahora bífida lengua rosada con lila, si, lila como las rayas de nuestra fatídica coincidencia, percibiendo la temperatura del aire, que para ese momento iba en un aceleratriz ascenso. Su cuerpo cambio, menos su cintura, pues seguía ausente en medio de esta maratónica metamorfosis, ahora su cuerpo de una tubular y serpenteante figura, que se recorría en el mismo lugar una y otra vez, reconociendo el campo de batalla. Sus dulces ojos miel, ahora eran unos amenazadores ojos negros que buscaban muerte, sangre y justicia. Por mi parte, ya estaba convertido en un temerario Mapanare de ciento ochenta y tres centímetros de pura fibra colombiana, rodeándome sobre mi mismo, y siseando mi también ahora bifurcada lengua, mi olor a selva húmeda tropical, se mezclaba el olor a desierto gringo, el musgo contra la arena, la lluvia contra el sol, los Siux contra los Chibchas, el Tío Sam contra Juan Valdés, la Cascabel contra el Mapanare, pero en el fondo era el estúpido combate entre clases sociales, cayendo en bajeza del escupitajo en la cara, pero no me iba a quedar con los brazos cruzados.
Rápidamente ambos deslizamos nuestros cuerpos escamados desde nuestras sillas al suelo, erguidos hasta la mitad del cuerpo sobre nuestro poderoso sistema muscular estriado tubular, enfrentados como todos esperaban (y habían planeado), ahí estaba la intimidante, velluda y agresiva Cascabel del Desierto de Arizona, y el aguerrido, valiente y a la defensiva Mapanare del trópico húmedo de Colombia. A nuestro al rededor, la apuestas estaban hechas Santiago convertido en una elegantísima, distinguida y destacada Mamba Negra; José en una simple y común Coral, demostrando aun su imprecisión en la combinación de colores; Parra era una regordeta Pitón Reticulada (o culiada?) enfundada en unas escamas de una talla menos, pues nunca mudaba de piel; Gus era una parsimoniosa, torpe e inofensiva boa albina; mi amigo Felipe mutó a una poderosa Anaconda del amazonas brasilero con el poder de asfixiar cualquier pollo descuidado, y la Geisha, bueno, la Geisha no podría ser otra mas que, La Cobra Real.
Sin embargo antes de enfrascarnos en la batalla a la que el destino nos había convocado, hice una tregua, descanse mi erguido cuerpo escamoso, y deje de mover mi lengua, y dije: “Mira, yo vine aquí a pasarla bien, de verdad, no quiero agresiones, ni caer en la descalificación, ni lastimar tu ego” pero fue en vano, Fiona ya destilaba gotas de veneno desde sus prolongados hacia adelante, colmillos mortíferos mostrados por sus fauces abiertas completamente, y decretó: “Mi Ego jamás, será lastimado y menos por alguien como tu, porque mejor no te vas a lavar la marranera de donde saliste, o a terminar de hacerle la paja al caballo. Nunca te debieron invitar…” Todos quedamos demudados, Santiago Jamás pensó que su heredera se expresaría con tanto ahincó, con tanto desprecio y poca finura; pero con la clase que lo caracteriza dijo: “Mira, de verdad bájale al tono, que te estas pasando y eso en mi casa no se permite”; pero yo ya iba en una trayectoria imparable, había dibujado un “S” y me había impulsado enderezando mi sinuoso y escamado cuerpo e iba directo acelerado hacia el cuello de Fiona, mis dos glándulas ubicadas a cada lado de la cara, se conectaban por medio de un conducto a la base de mis dos criollos largos y huecos colmillos, completamente desplegados desde el interior del paladar, abrí a lo que pude mi boca y proyecte mi maxilar inferior e inserte con desenfreno mis colmillos. Una vez dentro la furia de la musculatura de la mordida había oprimido las glándulas y por primera vez 5 centímetros cúbicos del elixir de mi neurotóxico veneno entraban en su aterciopelado cuerpo, todo esto en unas frases celestiales: “Tu inusual inseguridad te ha dejado como el mas facineroso de los perdedores, Si tu Ego es tan grande, porque sientes que un hombre como yo te erosiona el suelo, te hace sentir débil, acaso no son tus propios miedos los que se apoderan de tu supuesto control, acaso un forajido, casquivano y retrechero Zootecnista te va derrumbar tu imagen de Diva naciente, de Loca Altiva… Déjate de maricadas y sé mas hombre, pero no se le puede pedir mas a lo que la Vida exiguamente te dio…”, para cuando termine de decirlo, mi elixir ya había interferido con los impulsos nerviosos de la peligrosa víbora gringa, ocasionándole una parálisis, su sonajero dejo de vibrar, su lengua se deslizo suavemente por las comisuras labiales de sus intimidantes fauces, y sus ojos, si, esos ojos como pinceladas chinas, se iban apagando, pero aun con la mirada fija puesta sobre mi, sacudí mi cola como un látigo justiciero y desgarre su sonajero, su famoso cascabel, que seria mi trofeo, la señal de mi triunfo, y que luego colgaría en mi cuello cuando regresara a mi forma humana. Pero sacando sus ultimas fuerzas me ataco mordiéndome levemente el dorso, diciendo: “Lárgate hijueputa, mugroso, como mugrosas son tus fotos, si las fotos que todos vimos, y por las cuales estas acá, porque por ninguna otra razón merecías estar aquí”, pero su veneno hemolítico, aquel que destruye los glóbulos rojos y vasos sanguíneos causando hemorragias típico de las Cascabeles, no me hacia daño… cuando me levante en mi forma humana, saque de mi bolsillo un frasco de 10 cc del Antiofídico contra Crotalus que me había inyectado en el baño, y se lo tire en su cara paralizada.
Han pasado dos años desde aquel ofídico combate, hasta ayer, que de regreso en un vuelo internacional con conexión BOG-CLO, cuando yo sentado en clase ejecutiva (no por una neo excentricidad económica, si no por un error a favor en la facturación y pago del impuesto, que me sacaron de la mazmorra de económico y para el cual ya venia preparado con un coctel de sonminefros, almohadillas, frazadas, y demás mullidos elementos para hacer mas digno mi viaje), cuando mi humanidad escucho de nuevo el sonido de un cascabeleo siseante y sonoro, al mirar atrás reconocí el rostro de mi abatido enemigo (al que le había crecido de nuevo su cascabel) en medio del desorden mediático de maleteros, señoras, orientales desorientados, azafatas, niños y demás pasajeros de económica. Me levante un poco de mi amplio y facultado lugar de regocijo, y le giñe el ojo derecho con una habilidad y coquetería que el izquierdo no tiene, antes de que cerraran la cortina que separa dos clases tan odiosamente, como suele pasar en la vida.


Poscriptum:

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1. La guarnición de los espaguetis tenia yague lo cual justifica el capitulo metamórfico de esta distinguida reunión.
2. Por razones de logística me abstuve de asistir de nuevo a cualquier evento social de índole privado que organizara este grupo de ser…viciales amigos.
3. Dedicado a la memoria del juguetón cascabel de Fiona, el cual cuelga aun en mi pecho como un trofeo de Victoria.
4. Las boas albinas están destinadas a que cualquier loca estúpida se las levante.

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Imagen de Crotalus atrox tomada de: www.nationalgeographic.com/snake
Imagen de Bothrops colombiensis tomada de:
http://www.une.edu.ve/salud/mapanare/

Imagen P.E y Boa albina: http://news.bbc.co.uk/cbbcnews/hi/teachers/citizenship_11_14/subject_areas/globalisation_environmental/newsid_1780000/1780021.stm
Diseño: El suscrito, inspirado escuchando “Europa” de Mónica Naranjo

6 comentarios:

Milo Gasa dijo...

Hmmm, qué delicia, qué florido, qué impresionante. Creo que no me equivoco al decir que si el alcalde de Cali patrocinara el deporte de echar veneno, el Valle tendría campeones de talla mundial, ¿no?... les iría muchísimo mejor que con la salsa y la caña de azúcar.

En serio, me lo he preguntado más de una vez, ¿por qué allá?, o sea, está bien, locas arribistas y presumidas hay en todas partes y en todas las clases sociales, ¿pero por qué en Cali es tan, tan, tan marcado?. Para mis viajes allá, necesito por lo menos quince días con sparring de lengua: en Medellín no me hace falta mantenerla afilada y aunque siempre he salido airoso de mis "colmillo a colmillo", una víbora caleña me coge sin entrenar y me acaba.

Pero bueno, enhorabuena por tu victoria... la que pierde la clase, es la que siempre pierde el combate... que pesaaarrrr de la otra.

Un abrazote.

P.S.: Yo comprendo que tu sientas que Cali es la verga... pero eso de que los farallones la circuncidan, no sé, no me cuadra...

JP dijo...

La verdad perdí el hilo en la decima frase venenosa del post.

Sigo diciendo, eres muy diplomático, yo a un HP de esos le volteo el mascadero a la primera intentona... no sirvo para intrigas de mujeres con clirotis gigante...

En algún momento rememoré mis amados episodios de caballeros del zodiaco jajajajaja

Monchis dijo...

Hola Potter,

Aunque no conozco los intríngulis de La Movida Caleña, si tengo referencias del veneno y arribismo que se respira.

De todas maneras locas venenosas hay en todas partes; yo no he sido muy afecto a seguirles el juego, pero lo que si tengo claro es que si me buscan... me encuentran.

Saludos,

Quike dijo...

Aboslutamente irredento jajjaa meter la verga en un autoclave jajajajajaja.

Quedo altamente admirado de tu exquisita tesitura al escribir. Buen ritmo, interesante prosa, adjetivación poderosa y por encima de todo muy buen humor.

Sinceras felicitaciones.

Quike

Gustavo Puntila dijo...

Una promesa cumplida genera, al contrario de lo que indicaría el sentido común, una profunda decepción...

alejandrojohn40 dijo...

My Lord:

Tienes razón, yo tampoco soporto esas locas arrivistas, aparentes insoportables y más si se sienten con el derecho de pretender sacarlo a uno del camino si se sienten amenazadas o que uno les está invadiendo el territorio.

Dejé hace mucho tiempo de asistir a esas reuniones de maricones convencidos, en mi caso la gran mayoría que afortunadamente, ya dejé, ODONTÓLOGOS, ¡pfuasshhh!.

Quedé con los pelos de punta, solo imaginarme tu despiadada transformación, me dá calosfríos, la Metamorfósis de Kafka, te quedó en pañales.

Claro, para ti ha de ser muy fácil zoo-transformarte, sin embargo, debo admitir que nunca habia leído tan genial y tremendo poema descriptivo del poderoso veneno de criollísima serpiente colombiana.

Me sorprende además la capacidad que tienes de regresar a tu estado natural de manera acelerada más rápido que el poderoso Hulk.

PD: Me gustó lo de la paja al caballo, podrías explicar algún día, en algún post, ¿cómo lo haces?.

Besotes mil :o) Ja y Ja.